El proceso electoral estudiantil en Costa Rica es una iniciativa educativa que promueve la participación democrática desde las aulas. Este proceso no solo fortalece habilidades como el liderazgo y la toma de decisiones, sino que también inculca valores democráticos esenciales, preparando a los estudiantes para una ciudadanía activa y responsable. En SEP International School el proceso electoral estudiantil es visto como reto y oportunidad.
Paso a paso electoral:
En febrero del presente año, a nivel nacional, se inicia este proceso, eligiendo a la directiva de sección, cuyo papel es velar por los intereses de su grupo, partiendo de sus necesidades y su realidad inmediata. Para ello, surgirán líderes y lideresas que asumirán ese importante rol.
Posteriormente, una vez electa la directiva de cada grupo, las presidencias tienen la gran responsabilidad de conformar un directorio, el cual dirigirá la Asamblea de Representantes, integrada por todas las presidencias de sección. Cumplida esta función, deberán también elegir un grupo de estudiantes que tendrá la tarea de organizar el proceso electoral estudiantil para la elección del próximo Comité Ejecutivo, encargado de representar y velar por los intereses de toda la comunidad estudiantil.
Reto y oportunidad:
Este proceso, aunque a veces puede parecer fácil o demasiado estructurado, como si se tratara solo de una serie de requisitos que deben cumplirse cada año, es en realidad mucho más que eso: es un verdadero reto para toda la comunidad educativa, tanto docentes como estudiantes. Nos acerca al quehacer político desde lo que debería ser siempre: un reto personal y colectivo, donde surgen liderazgos que tienen la oportunidad de ponerse a prueba.
Algunos de esos retos podrían incluir la búsqueda de personas de confianza que acompañen el proceso, la toma de decisiones estratégicas para convencer a los electores, el análisis del entorno, la identificación de problemáticas, la propuesta de soluciones posibles y, sobre todo, la capacidad de dialogar, deliberar y negociar de manera respetuosa y solidaria con otras agrupaciones políticas, bajo un mismo objetivo: el bienestar de todas y todos.
Todo esto da como resultado un proceso de formación ciudadana sano —no perfecto —, que permite a los y las estudiantes crecer como personas dentro de un colectivo, desde una perspectiva humanista. Les enseña a participar activamente, tomar decisiones con responsabilidad, dialogar con respeto y valorar el trabajo en equipo, cultivando así una ciudadanía consciente, empática y comprometida.